Las leyes suntuarias (del latín sumptuāriae lēgēs) son leyes que intentan regular el consumo; con el propósito de restringir el lujo o la extravagancia, particularmente gastos excesivos en materia de vestimenta, alimentos y mobiliario. Históricamente, eran leyes que tenían la intención de regular y reforzar las jerarquías sociales y la moral a través de restricciones, a menudo dependiendo del rango social de una persona, cual es la ropa, comida y gastos de lujo que le son permitidos.
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Quizá le despojaran de sus plumas por incumplir la ley suntuaria.
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La ley suntuaria de Sila llegó a estipular lo que una familia podía gastar en un entierro o un banquete.
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Parco en otras cosas, el cura decretó una ley suntuaria para mesurar los egresos y no expender más de lo necesario.
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Hay una ley suntuaria, ¿no es así como la llaman?, que rige sus cenas, y se limitan a una especie de caldo espartano.
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Descendió hasta los detalles de una ley suntuaria, y atacó la pródiga manía de las construcciones en sus más insensatos excesos: las construcciones sepulcrales.
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Sin duda conocéis perfectamente las leyes suntuarias del Reino, ¿no es así?
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No sé si las leyes suntuarias lo permiten, pero no pienso preguntarlo.
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El menú dependerá de las nuevas enmiendas a las leyes suntuarias.
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Se contemplan leyes suntuarias respecto a la púrpura, la pimienta y las panoplias.
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Las sucesivas leyes suntuarias que intentan limitar este despilfarro quedan en letra muerta.
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Usaba un traje derecho gris oscuro, con la chaqueta abierta sobre una camisa blanca con el cuello desabrochado.